domingo, 2 de septiembre de 2007

Despedida


A cuentas te llevo la vida amigo mío, quizás ya no tan amigo.
He dejado que saltes de lo alto para que caigas en tu propio abismo.
Me da carcajadas de pena, dolor y espanto pues te has ido.
No te siento tan mío.

Escapas al viento como si yo fuera una red que te coarta en lo ínfimo de tu ser.
Siempre has sido nimio.
Siempre he sido colosal ante ti.

Quiero que te quedes en tu mundo con esos pensamientos.
Ya no te necesito.
Vete.
Que no habrá un segundo otoño de recogida.
La marea se llevó hasta los recuerdos que tenía en mi mente.
Cada ola surcó el fin de nuestra historia.
Ya no hay más tinta ni papel para nosotros.

Escribo la despedida en silencio.
No te digo nada.
Tus palabras en este momento se las lleva la vida.
No quedan conmigo.

Tu imagen quedó en algún archivo olvidado.
Aunque te veo todos los días, ya no eres el mismo.
No te reconozco.

Sigo aquí tal cual me conociste.
En mí no hay cambios.
Siempre igual, con más defectos que virtudes,
Pero siempre igual.



Esta es tu despedida.







2 comentarios:

Giro dijo...

Aveces caminar hacia atras te da otra perspectiva .


=)

un adios implica un saludos muchas veces.



precioso poema.

Enredado dijo...

La Vida ofrece otra salida,
como dice Saiko jajja.
Salir de un antes, no significa
un despues sino un será.
El despido no es un adios si no un hasta luego, porque la vida no tiene millones de puertas sino las que menos esperas, esas pocas que llevan a lo mismo. Quizas caigamos juntos todos en el mismo saco, y el hombre que lo carga se aleje, y nos deje.