Ira Imperfecta

Insatisfecha con esta actitud derrotista que asola la felicidad de mi cuerpo.
Teniendo las armas a mano, y no muevo un dedo para hacer algo.
Siento pena.
Profunda pena.
El tiempo pasa y todo sube, toda se atrofia, en vez de bajar y mejorar.
Lágrimas ocultas detrás de la ventana.
Ojos cansados de tanta imperfección.
Es una carga sin nombre lo que pesa en mis hombros.
Es un insecto que despoja la juventud.
Es tanta ira imperfecta.
Es rabia que hace temblar mares, y cubrir desiertos en agua.
Existen momentos en los cuales insignificantemente soy nada.
Ni siquiera ese nada en algo.
Cada segundo mortuorio es la daga que hiere el deseo congelante de decir basta, a lo que se aproxima sin vuelta atrás.
Vil, lábil, estúpida forma de ser.
No basta con apretar puños y pensar en mejores días, sino comenzamos en el presente a mejorar.
A veces creo ser un pintor sin pincel, un escultor sin arte, una bailarina sin pies.
Soy el inconformismo en huesos, la desidia en carne, el llanto en sonrisa.
A veces creemos ser mucho, pero a la vez no somos nada.